En los últimos años se están produciendo cada vez más infecciones de ransomware que dejan a empresas (grandes, medianas y pequeñas) así como a particulares sin acceso a su información.
Aislamiento: Una vez que hemos sido infectados por un ransomware debemos aislar los equipos afectados lo antes posible, desconectándolos de la red, para evitar que la infección se extienda.
Denuncia: En cuanto podamos, debemos poner el caso en conocimiento de las autoridades:
- Podemos hacerlo contactando con el Grupo de Delitos Telemáticos de la Guardia Civil o con la Brigada Central de Investigación Tecnológica (BCIT) de la Policía Nacional.
Ayuda: el INCIBE (Instituto Nacional de Ciberseguridad) tiene a disposición de los ciudadanos y las organizaciones un teléfono de consulta sobre ciberseguridad, el 017. Ahí nos podrán indicar los pasos a seguir.
Recuperación: ya sea con la ayuda de los cuerpos de seguridad, el INCIBE o de una empresa especializada en seguridad de la información, deberemos intentar recuperar la información secuestrada.
- En algunos casos es posible romper el cifrado utilizado y desencriptar nuestros archivos.
- En otros casos, puede que no sea viable esta solución, por lo que lo único que nos quede es hacer uso de las copias de seguridad que tengamos disponibles.
¿Pagar o no pagar?
- Desde un punto de vista legal y ético, no se debería pagar nunca a los delincuentes, ya que se financia y alienta el crimen.
La mejor manera de evitar un incidente de este tipo es la prevención:
- Disponer de antivirus actualizado en todos los sistemas y redes
- Tener los equipos y programas debidamente parcheados y actualizados
- Hacer uso de configuraciones seguras de los sistemas
- Concienciar a los usuarios:
- La mayoría de las infeccionesse producen a través de phishing.
- Es imprescindible que los empleados sepan identificar los mensajes peligrosos y que sospechen de aquello se salga de lo habitual.
- Deben conocer los distintos métodos de ataque y cómo pueden defenderse.
Y, si todo anterior ha fallado, es imprescindible disponer de copias de seguridad de toda la información necesaria para mantener en funcionamiento a la organización, de forma que, si un ataque de este tipo inutiliza nuestros sistemas, estemos en posición de recuperarlos en un plazo de tiempo razonable a un estado lo más similar al previo al incidente.