Coronavirus Y Cuarentena. ¿Lo Vivimos De La Misma Manera?

Con la propagación del COVID-19 muchas empresas se han visto obligadas a trasladar sus operaciones a los hogares de sus empleados. Esto ha puesto de manifiesto que el teletrabajo, para quienes pueden llevarlo a cabo, es una herramienta tanto útil como necesaria en situaciones como la actual. Sin embargo, pocos son los que se preguntan:

¿Estamos psicológicamente preparados para afrontar la cuarentena?

Diferentes formas de afrontar el confinamiento

No cabe duda de que el confinamiento tiene un mayor impacto en ciertas personas que en otras. A pesar de que han pasado apenas unos días desde el inicio de la cuarentena en diversos países y los decretos de Estado de Alarma, muchos son los que sienten que la casa se les cae encima, mientras que a otros no es algo que parezca importarles demasiado. En nuestro anterior post, La psicología del empleado, factor clave para la seguridad de las empresas, se destacaba la importancia de dicho factor para mantener el bienestar del empleado y su productividad. La situación actual tampoco permite desligar la Psicología de la pregunta: ¿a qué se deben estas diferencias?

Nuestra personalidad influye en la forma que tenemos de percibir el mundo que nos rodea y en cómo afrontamos las diferentes situaciones a las que nos enfrentamos. Por ello no es de extrañar que, ante una situación de confinamiento como la que estamos viviendo, las personas reaccionen de manera diferente.

Una de las principales razones es el nivel de energía de cada uno. Hay personas que son muy activas y dinámicas, que hacen gala constantemente de un gran ánimo buscando siempre algo más que hacer: deporte, pasar tiempo con amigos, excursiones… Mientras que otras se agotan antes, prefiriendo llevar un estilo de vida mucho más relajado: aquellas para quienes “sofá, manta y peli” siempre será la mejor opción.

Otro factor importante es la carga emocional que cada uno le otorga a la situación. No se trata de un gesto voluntario, sino de una característica inherente a la persona, habiendo algunas que son más proclives a sentir de manera más intensa las emociones, tanto las positivas como las negativas. Esto hace que, en circunstancias excepcionales como la que estamos viviendo, se activen los mecanismos de ansiedad. Además, esta reacción se acentúa en personas que necesitan tener sensación de control, ya que actualmente la incertidumbre es uno de los elementos más presentes en nuestro día a día.