Si algo han aprendido las empresas en los últimos meses, caracterizados especialmente por estar viviendo una pandemia, es que hay que estar preparados ante cualquier circunstancia para evitar incidencias en los negocios. Unos negocios que dependen altamente de su infraestructura tecnológica y que se enfrentan a ciberataques y brechas de seguridad que están aumentando su frecuencia y severidad hasta tal punto que debemos asumir que no seremos capaces de defendernos contra todo, que es inevitable sufrir un suceso como los anteriores.
Además, la situación surgida por la pandemia ha añadido mayor tensión a las estructuras tecnológicas incorporando nuevas circunstancias como la necesidad de teletrabajo, diluyendo el perímetro, poniendo en duda muchos principios que se daban por sentados.
¿Cómo deben responder las organizaciones ante esta realidad? Entendiendo que la ciberseguridad por sí sola ya no es suficiente; que solo su combinación con la resiliencia empresarial (alineando personas, procesos y tecnología) les permitirá sobrevivir y garantizar la continuidad del negocio.