Hace ya un año, con el inicio de las restricciones y confinamientos debidos al COVID‑19, publicamos un artículo alertando de los peligros de los bulos, fake news y malware que se aprovechan de esta situación para atacar a empresas y particulares.
Un año después, ya nos lavamos continuamente las manos, llevamos todo el día la mascarilla en los espacios públicos y nos hemos acostumbrado a mantener la distancia social. También nos parece de lo más normal organizar reuniones por videoconferencia y trabajar desde casa habitualmente.
Pero no podemos bajar la guardia.
Igual que si relajamos las medidas con respecto al COVID puede haber rebrotes y nuevas olas, si nos confiamos en el ámbito cibernético y no estamos alerta, podemos ser víctimas de nuevos ataques, ya que estos siguen creciendo continuamente sin darnos respiro.
En las últimos semanas, nuevos casos de fraudes, ataques e infecciones de malware siguen saliendo a la luz:
- En España, el ransomware Ryuk paralizó en marzo los sistemas del Servicio Público de Empleo Estatal.
- Y el mismo mes, el grupo REvil ha infectado con otro ransomware los sistemas de la multinacional tecnológica ACER y le exige un rescate de 50 millones de dólares.
Durante el último año, los ataques de ransomware han crecido un 150% según Group-IB, estando el origen de muchos de ellos en la actuación de personas que, por desconocimiento o despiste, acceden a un sitio malicioso o abren un adjunto incluido en un mensaje de phishing.
Pongamos freno a las ciberamenazas: conozcamos cómo actúan nuestros enemigos y convirtámonos en cortafuegos humanos.
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